Es el número dos de Iván Redondo

Sánchez encarga al monclovita Francisco Salazar diseñar «el nuevo PSOE andaluz»

Director de gabinete adjunto del presidente, Salazar fue uno de los artífices de la llegada de Sánchez al frente del PSOE

Sánchez PSOE
Francisco Salazar, director de Análisis y Estudios en el centro y con gafas
Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Pedro Sánchez ha iniciado ya la operación para renovar el PSOE de Andalucía. Aunque Susana Díaz se resiste a irse, pese a los múltiples intentos que han hecho ya desde Ferraz, el secretario general socialista trabaja en paralelo al tratar de convencerla con el diseño de cómo debe ser la principal federación del partido a partir de ahora. Ha puesto al frente de esta ardua labor ni más ni menos que a uno de sus fieles, el director adjunto del  Gabinete de Presidencia, Francisco Salazar. Fue uno de los que le devolvió a la Secretaría General del PSOE recorriendo Andalucía en su propio coche.

El número dos de Iván Redondo ha sido el principal artífice del ‘efecto Illa’, según fuentes monclovitas. Salazar, junto el jefe de gabinete de Sánchez, es el hombre que ha estado día a día sobre la candidatura de Salvador Illa a la Presidencia de la Generalitat. La intención de los que mandan en Moncloa es repetir esa estrategia en Andalucía, bien con Carmen Calvo, con María Jesús Montero, con Juan Espadas o Felipe Sicilia. Con quien sea menos con Susana Díaz.

Buen conocedor de la Andalucía que le vio nacer, Francisco Salazar intentará aplicar el mismo método con el que dio a conocer a Sánchez en Andalucía frente a una Díaz que se veía ya en la planta cuarta de Ferraz. Sin prisas, recorriendo todo el territorio con el candidato elegido, entablando buenas relaciones con los alcaldes socialistas que tienen más ascendencia sobre sus ciudadanos. El principal quebradero de cabeza de Salazar será la todavía líder del PSOE de Andalucía y su obsesión por intentar revalidar el cargo en unas Primarias en las que en Ferraz se ven ganadores. Su relación no es de lo más fluida.

Espadas, el preferido

El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, es el candidato que tiene más posibilidades para convertirse finalmente en el hombre que reciba el apoyo de Pedro Sánchez. En él centrará sus esfuerzos Salazar. Tras el rechazo de Calvo y Montero a repetir una operación Illa, y la pérdida de apoyos de Felipe Sicilia por parte de Ferraz, el alcalde sevillano parece encajar a la perfección con lo que busca el secretario general socialista.

Un hombre de partido

Siempre en segundo plano, difícilmente reconocible en las apariciones públicas del presidente a través de los medios de comunicación, aunque le gusta dejarse ver en los actos de partido, Salazar fue uno de los primeros que creyó en Sánchez cuando nadie lo hacía Se conocieron en unas jornadas municipalistas en Ferraz, con José Luis Rodríguez Zapatero todavía al frente del partido, y le ofreció su coche al ahora jefe del Ejecutivo para recorrer Andalucía frente a la candidatura de Susana Díaz. Le tuvo al lado en las dos ocasiones que probó suerte en la Secretaría General del partido.

Alcalde de Montellano, su localidad natal, entre 2003 y 2008, Salazar se metió en política muy pronto. Antes estudió Ingeniería Técnica Agrícola, un máster en gestión ambiental y Ciencias Políticas. Manuel Chaves fue su principal mentor en la Junta de Andalucía, donde le colocó como comisario de Memoria Histórica. Sin embargo, su principal espejo político es el histórico alcalde de Dos Hermanas (Sevilla) Quico Toscano. En este municipio, donde Sánchez inició su última campaña electoral, le convencieron para presentarse a la Secretaría General del PSOE: «Tienes que ser tú». Minutos antes Francisco Salazar le había recogido en la estación del AVE de Sevilla-Santa Justa. Y estaba indeciso.

Con su vuelta a la planta cuarta de Ferraz, tras ser desahuciado por el núcleo duro del PSOE de Andalucía, Pedro Sánchez le aupó a la Ejecutiva federal del partido. Con la moción de censura se lo llevó al Palacio de La Moncloa, como responsable de análisis y prospectiva. A raíz de ese cargo Salazar entabló una buena relación con el director del gabinete de Presidencia, Iván Redondo, que hace poco más de un año, tras las elecciones del 10 de noviembre, le nombró número dos del gabinete presidencial.

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